Lo segundo es tratar de llevar una rutina de ejercicios diaria que aleje el término sedentarismo de nuestras vidas. Las más apropiadas son las técnicas aeróbicas, que favorecen muchísimo la elasticidad, y la natación, que permite tonificar bien nuestro cuerpo en casi toda su amplitud. Además, éstos nos ayudarán a mantenernos en nuestro peso y a disimular la celulitis que en muchos casos acompaña a la flacidez cutánea.
Por último, el cuidado externo a través de geles y cremas tampoco debe desprenderse de nuestra agenda diaria. En esto, es importante diferenciar entre los cuidados del rostro y del resto del cuerpo, especificando en aquellos lugares en los que la piel se presente en peor estado. Las cremas que favorecen la creación de colágeno y elastina en nuestra piel están muy de moda últimamente y podemos encontrar fórmulas verdaderamente milagrosas.
No obstante, además de recurrir a éstas, no podemos pasar por alto una higiene, hidratación y exfoliación previa, puesto que estos tres pasos favorecerán que nuestra dermis esté más receptiva y sana.
fuente: http://belleza.facilisimo.com
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